Dominicanos: Aceptemos nuestra realidad y celebremos nuestra diversidad
En República Dominicana, somos conocidos por nuestra alegría, resiliencia y capacidad para convertir cualquier situación en un relajo. Sin embargo, detrás de esa sonrisa que compartimos con el mundo, existe una verdad que muchas veces evitamos enfrentar: el racismo y el colorismo que persisten en nuestra sociedad. Es momento de aceptar esta realidad, no para atacarnos entre nosotros, sino para construir un futuro más inclusivo y respetuoso.
Si eres blanco, probablemente has escuchado: “Tú no pareces dominicano”. Si tienes la piel oscura, puede que te hayan dicho: “Tú eres haitiano, ¿verdad?”. Y si estás entre medio, ahi si, "eres dominicano”. Aunque estas frases se dicen muchas veces en tono de relajo, reflejan un problema más profundo: asociamos la identidad dominicana con un estereotipo físico que excluye la diversidad que realmente nos define como nación.
La verdad es que ser dominicano no tiene nada que ver con cómo luces, sino con lo que llevas en el corazón. Nuestra identidad es una mezcla única de raíces taínas, africanas y europeas. Es la energía que se siente en un buen merengue, la pasión con la que apoyamos a nuestro equipo de béisbol, y el orgullo que sentimos al ver nuestra bandera ondear. Entonces, ¿por qué seguimos permitiendo que prejuicios históricos nos dividan?
El racismo y el colorismo son heridas profundas que heredamos de una historia colonial que valoraba unas características por encima de otras. En lugar de sanar esas heridas, muchas veces las perpetuamos con chistes, comentarios y actitudes que parecen inofensivas, pero que, en realidad, refuerzan ideas equivocadas sobre quién merece ser considerado “dominicano de verdad”.
Aceptemos una realidad importante: nuestra historia está entrelazada con la de Haití. Nuestros hermanos haitianos no son nuestros enemigos; son parte de nuestra historia compartida. El prejuicio hacia lo haitiano no solo daña nuestras relaciones con ellos, sino que también nos divide a nosotros mismos. Nos impide ver la belleza en nuestra diversidad y reconocer que, al final, todos somos parte de un mismo pueblo.
Cambiar esta realidad no es fácil, pero tampoco es imposible. Como dominicanos, tenemos la capacidad de transformar nuestra sociedad. Esto comienza en nuestras familias, en las conversaciones que tenemos con nuestros hijos y en las formas en que hablamos sobre nosotros mismos. Ser dominicano no es cuestión de color de piel, sino de amor por nuestra cultura, nuestra gente y nuestra tierra.
Aqui en KeCaché, tu tienda de Dominican T-Shirt, celebramos nuestra diversidad y lo que significa ser dominicano en toda su esencia. Desde los colores vibrantes de nuestras prendas hasta los mensajes que transmiten orgullo y unión, queremos ser parte de este cambio.
Hagamos un pacto como pueblo: dejemos atrás los prejuicios y celebremos la riqueza de nuestra diversidad. Enseñemos a las nuevas generaciones que ser dominicano es mucho más que una apariencia; es un sentimiento, una pasión y un orgullo que no tiene fronteras ni etiquetas.
Es hora de aceptar nuestra realidad, sanar nuestras heridas y construir una sociedad donde todos, sin importar cómo lucen, puedan sentirse orgullosos de ser dominicanos. Porque, al final, somos un solo pueblo, una sola bandera y un solo corazón. 💙🇩🇴
